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"Una mañana deliciosa..." by W Diciembre 2020 Para muchas personas, el trabajo consiste en resolver una serie de urgencias constantes. Propongo colocarlas en orden y... tirarlas. Durante las próximas semanas de este nuevecito 2021 que inicia mañana, es posible que haya menos urgencias de lo habitual. Esa es la naturaleza de volver de un descanso. Pregúntate: ¿Qué pasaría si utilizáramos el tiempo para mover las deficiencias de mi sistema de trabajo; o sea, mover del archivo de temas los que son "para más tarde" y pasarlos al de "para hoy"? Arregla tu cadena de suministro. Profundiza en tus ritmos de comunicación. Calcula tu lista de prioridades (que te agrega valor y que no). Sé honesto u honesta. Deja las tareas que te están reteniendo. Aléjate de los callejones sin salida. Mete rigor a tus procesos. Comprende la diferencia entre las cosas que sé 'sienten' urgentes de las que son verdaderamente importantes. Pero nada de esto funciona sí lo haces t

Si no sabes que tienes, con que cuentas... entonces no haces algunas cosas o tomas acción. Limpiando el refrigerador después de un corte de luz, encuentras recipientes con uvas medio vacíos. Dado a que migran ‘mágicamente’ a la parte trasera del refrigerador, cada vez que quiero uvas termino comprando más, porque lo que queda es ‘invisible’. Y no solo ‘invisibles’, si los hubiera buscado, sino tan ‘invisibles’ que ni siquiera se me ocurrió buscarlos. Y esto es aún más probable que me suceda con los datos de mi disco duro. Si no sabemos buscar, si no creo que están allí, también podría eliminarlos.  Y por supuesto, esto aplica también a nuestras habilidades, confianza y experiencia perdidas. Vale la pena hacer un esfuerzo regular para recordarnos lo que ya tenemos y cómo nos ha servido en el pasado. ¡Enero es buen mes para hacerlo!

2020 ha sido un año terrible para muchas personas.  Tanto trauma, dislocación, enfermedad, tragedia y muerte. Todos tienen sus propias historias y todos sufrieron (de manera desigual e injusta) los cambios extraordinarios acontecidos en nuestras vidas. Y, sin embargo, se plantaron semillas. Dentro de cinco o diez o quizá, el resto de nuestras vidas, la gente recordará y celebrará proyectos que se iniciaron, conexiones que se establecieron, realizaciones que ocurrieron. Se abrieron puertas, nacieron bebés y se hicieron cambios. Pocas personas celebran los incendios forestales, pero todos estamos dispuestos a caminar por los claros que siguen, en medio del bosque naciente. Si no plantaste todas las semillas que esperabas plantar en 2020, está bien. Porque el mejor momento para plantar más semillas es ahora mismo. O quizás mañana. A todos ustedes que me leen, hoy les deseo mucha alegría, les deseo paz y estar rodeados de sonrisas. Les deseo ánimo y esperanza de un mejor porvenir. ¡Feliz N

Algunas personas dudan en compartir una idea porque les preocupa que sea robada.  En general, y sin pretender ofender, creo que estas personas a veces tienen miedo al éxito, no al fracaso. Una idea que no se ha dicho es segura, no solo no se puede robar, sino que no se puede probar, criticar, mejorar o utilizar en el mundo real. Por ello, no dudó en compartir a algunas personas mis ideas. Solo en dos ocasiones, mi conocimiento y habilidad han sido compartidos bajo el acuerdo, en ambos casos, de ser retribuidos. En ambos casos fue utilizado y no retribuido. Lo considero plagio y ambas personas lo saben. Pero no me arrepiento. Ellos quizá, viven y vivirán con ello el resto de sus vidas o hasta el día que cumplan el acuerdo. 

Se que no es fácil pronunciar la frase “Me equivoqué", y mucho menos escucharla muy a menudo. Particularmente de personas en el poder, o personas que han arriesgado defendiendo una creencia. En cierta manera es rendirse ante uno mismo. Algunos por razón de lo que otros puedan decir, pero regresamos al origen, uno mismo. Me divierte como muchos aconsejan no hacer caso a lo que los demás puedan pensar o decir. El consejo es sencillo... ¡háganlo! He notado que es mucho más fácil persuadir a alguien para que tome una NUEVA decisión basada en NUEVA información. De esa manera, pueden estar en este momento en lo correcto y también pueden creer que tenían razón antes. Disfruten un -Humpday- miércoles delicioso.

El violinista típico que lleva en la práctica únicamente (en este arte si aplica el “únicamente”...) diez años, no puede diferenciar entre un instrumento barato y un Guarneri. El viajero apurado simplemente devora una hamburguesa, sin estar realmente preocupado o consciente de su procedencia o sabor. Y el burócrata, compra lo que es más barato y cumple con las especificaciones, sin importar qué tan bien está diseñado o analizar la cadena de suministro que lo creó. Los entusiastas trabajarán toda su vida para poder notar la diferencia en cómo suena una orquesta, cómo se prepara y las diferencias entre varios Boeuf Bourgignone o la simple elegancia de la reflexión profunda. Y luego, una vez que lo hacen, las cosas incompetentes o mediocres no las valoran. Pues para poder apreciar el gran trabajo, a menudo terminan decepcionados con el resto. Solo es cuestión de elegir. 

  Las generalizaciones funcionan (hasta que dejan de hacerlo).   A diferencia de los fenómenos naturales como los planetas en órbita o las formaciones geológicas, no existen leyes consistentes y perfectas del comportamiento humano. Si estamos hablando de grupos de personas, si estamos enseñando, liderando o tratando de predecir el comportamiento futuro (los tres están relacionados), entonces estamos haciendo una generalización. Una generalización funcional.  Y quizás no nos demos cuenta, o no tengamos claro que lo somos. “En general, en muchos entornos, la mayoría de los niños en un kindergarden, tienen problemas para pasar un largo día sin una siesta". Eso no es exactamente lo mismo que decir: "todos los niños necesitan una siesta". Las generalizaciones útiles son esenciales para intervenciones productivas y liderazgo generoso. Sin generalizaciones, es casi imposible comenzar a servir a las personas. Y ahí está la trampa. Si nos quedamos con ellos demasiado tiempo, o in

2021 ¿Cómo actúas cuando no estás pensando en cómo actúas? Cuando nadie está mirando y cuando solo estás haciendo lo que estás haciendo... Ese es el yo automático.  Sin narrativa, sin pose, sin dudas. Ahora, la verdadera pregunta:  ¿Ha cambiado mi yo automático desde que era niño? Si lo ha hecho (y... ¡que bueno que lo ha hecho!). Con ello tenemos toda la prueba que necesitamos para saber que es un hecho que no está programado y no es permanente. De hecho, cambia con la práctica. Es una habilidad. Podemos aprender a ser la versión "auténtica" de nosotros mismos con la que nos gustaría vivir. Se necesitan hábitos, aprendizaje y retroalimentación. Y el compromiso de convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos. Mi tarea para el 2021 ¿se animan?