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Mostrando las entradas de octubre, 2020

Errare humanum est -Seneca

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Lucius Anneo Seneca Es de humanos errar. Y es humano aprender de los mismos. Hay dos tipos de errores. Y es importante aprender la diferencia. Uno es del tipo en el que el fracaso no se nota porque no se involucra con una audiencia. Si haces una exhibición de arte y nadie llega, nadie se da cuenta de que tu exhibición de arte fracasó. El segundo, es como cuando salas un platillo que preparas. Es cuando vinculas inextricablemente lo sano con lo no sano, aquello que va en un sentido, con lo que va en sentido contrario. Es un error con consecuencias reales. Es humano errar. Pero debemos aprendamos a no confundir los dos tipos de errores. Hacerlo es una receta perfecta para un problema.

Nos gusta lo que elegimos...

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Chrysler Building, NYC / Foto: W Nos gusta lo que elegimos. No lo hacemos en sentido contrario. Es más seguro decir que nacimos con talentos y dones, a decir que tenemos una verdadera vocación o que estamos buscando algo que se conecte con alguna pasión. Aunque no es útil (porque significaría pasar mucho tiempo buscando), pero tampoco es cierto. He leído que investigadores en estos temas, confirman que las elecciones aleatorias conducen a preferencias y luego, éstas preferencias nos llevan a hábitos y los hábitos, nos llevan a convertirnos en la persona que decidimos ser. Deduzco entonces, que si hubiera crecido en otro lugar o en otro momento o en otra familia, no hay duda de que preferiría otras cosas. Las cosas que creo necesitar son simplemente ¡las cosas a las que estoy acostumbrado! Y si te gusta lo que te gusta, es simplemente porque tienen un patrón. Lo cual significa que podría gustarte algo más, si pudieras desarrollar nuevos patrones. En resumen: sí nos comprometemos

La presentación de elevador.

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"Ratona que vende" foto: W Nadie compra nada en un elevador.  El famoso “discurso del elevador” creo que los asesores "Coaches" deberían de aclarar que es solo leyenda. Emociona en películas y series, pero no es vida real.  No se trata de vender tu idea, porque un elevador metafórico, es un pésimo lugar para dar un discurso.  No soy ‘Coach’ pero he vendido y sugiero evitar hacerlo.  Cuando sientes que te están juzgando o crees que es tu única oportunidad y solo tienes un minuto para dar una buena primera impresión, es tentador tratar de explicar brevemente la verdad, tu verdad. Los matices de quién eres, qué has hecho y qué vas a hacer en el futuro. Creo muy difícil hacerlo de forma clara, honesta y precisa en 1 minuto. Insisto, NO funciona. La alternativa es considerar el elevador -no el discurso del elevador- para comenzar una conversación -no sobre ti- sino sobre la persona con la que esperas conectar. Si sabes quién es y qué quiere o, que espera, es mucho más pr