Inicio 2019 del surrealismo vacacional a la realidad

Comienzo a observar desánimo en mi entorno acerca del país y su rumbo. Comienzo a escuchar más y más el lado negativo del sentir, de quienes me rodean. Efectivamente, el panorama se ve mal, se ve amenazante y preocupa. Sería falso e irresponsable no querer verlo.
Pero también comienzo a escuchar a quienes buscan evitarlo, no querer hablarlo, como si el no mencionarlo pudiera evitar su presencia; su realidad. En lo personal, la estrategia de la avestruz nunca la he compartido y la realidad no es ni bonita ni fea, ni buena ni mala, es la realidad y el significado que se le de, es chamba de cada uno.
Ahora, también veo oportunidad. El cambio, los cambios siempre brindan oportunidad. Unos las toman, muchos no. 
Veo la oportunidad de ver a una gran población -a muchos millones- animarse con la llegada de un líder esperado y deseado por mucho tiempo. Un líder que ellos creen que los conoce, que los entiende y que hará mucho por ellos. Veo positivamente que el sentir en ellos mejorará y me alegra. El nivel de dependencia es altísimo y el entorno mundial hoy, lo que menos resolverá, será precisamente esas dependencias. Por un tiempo se abre la posibilidad que se atiendan, unos se darán cuenta, muchos no.
Veo difícil que cumpla todas sus expectativas y es lógico. Pero al menos, veo posible que estén felices por sentir la posibilidad de que algo suceda. Ahí nace la oportunidad de que ello se traslade con el tiempo a una posible sinergia de esfuerzo compartido, bajo modelos si basados en la lógica, más adelante.
Veo también el fin de acceso al poder de algunos que hicieron mucho daño. Una clase política sumamente dañina. Reunidos en partidos, en grupos y en clanes o carteles que corrompieron la vida institucional de nuestro país. Ellos causaron mucho enojo, rompieron muchas estructuras, robaron muchos recursos, incluso, generaron y relegaron grupos que ahora rodean a quienes ganaron y comienzan a tomar posiciones en el nuevo equipo gobernante. Son los que ahora se convertirán en la nueva clase política. Buscarán y seguirán medrando recursos (son sumamente primarios), de los demás.
Aunque parezca que ha habido un cambio, ha habido un cambio de grupo únicamente. Antes rodeaban a varios, hoy rodean a uno ¿que hay de bueno en eso? Oportunidad. 
Ahora es una estructura monolítica de uno solo que no puede durar mucho, al ser de uno. Es transitoria, es distinta a la estructura enorme, corporativa y de grupos, de muchos, que duró y formó nuestro México que hoy tenemos con errores y aciertos. No hablo de un partido en particular, hablo de muchos partidos, de toda una estructura política.
De esa misma estructura nace la actual. Una facción exitosa, dado el momento y como inicie este escrito, hoy deseada por varios millones. Esa es la buena noticia ya que comenzamos una transición (ellos le ponen otro apodo...) pero es una fase, es parte de la evolución que se necesita dar para pasar a otras nuevas fases. La diferencia entre lo que explico y lo que ellos apodan con transformación, es que no es obra de un hombre, es un proceso evolutivo natural de muchos individuos, que algunos aprovechan la oportunidad y “se suben”... para luego escribir la “historia” que no es más que un cuento que explica sucesos pasados y que debería considerar muchos ángulos para ser objetiva. (N.A. Amo la crónica).
- ¿Y porque todo esto es bueno? ¿donde está la oportunidad?
Cuando hay cambio, hay movimiento y cuando hay movimiento hay vida y cuando hay vida, hay posibilidad. 
Venimos de muchos años de movimiento claro y constante económico en varias capas, pero no todas, esas canceladas precisamente por la cultura y conveniencia de la clase política, de la dependencia histórica que generó estática y no movimiento social en las capas socioeconómicas más bajas. Las que hábilmente un líder ad-hoc captura y gana. 
La buena noticia es que genera movimiento ahí, donde hacía falta y obvio, toma modelos conocidos, fracasados pero muy atractivos. Solo es cuestión de tiempo. Y RECORDEMOS, no es la mayoría, pues ya habíamos avanzado mucho.
¡Así es! No terminaremos como Venezuela, ni los gringos tienen que venir a salvarnos, ni deben de pasar cosas malas, ni eventos deseados. ¡A México lo salva México!
Nuestra capacidad de cambio y adaptación se pone a prueba, nuestra capacidad intelectual y creativa se ejercita, nuestra capacidad de riesgo y estrategia se pone a prueba, todo se pone a prueba y ejercitamos la mayor de las ¡virtudes humanas! La capacidad de pensar, de ser racionales.
Muchos millones estarán contentos, celebrando y esperando. Muchos otros millones estaran asustados, incómodos, preocupados. Sumemos más millones a los que estaremos actuando, adaptando, modificando, proponiendo, negociando, comerciando, vendiendo, creando, construyendo, avanzando y NO DEPENDIENDO ni tampoco ESPERANDO a que otros resuelvan lo que tenemos que resolver nosotros.
Si modifican las reglas, bien. Sigamos. Si no es por el rumbo anterior y conocido y ahora es por la vereda nueva, empedrada, incómoda, maloliente CAMINEMOS y de paso, arreglémosla y pongamos letreritos que indiquen: SIGA CAMINANDO.
México es muy grande. Y el único dueño de cada uno de nosotros, somos nosotros mismos. Hay quienes dicen no pertenecerse, haya ellos si tan poco se valoran, la mayoría se pertenece a sí misma.
Al término de una media semana surrealista ¡Feliz 2019!

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