Planes sobre planes, derivados de un plan...

"Veo que en México, como en otros lugares, cada día crece más el hartazgo a la ineptitud, a la inmovilidad y al claro y manifiesto interés particular de la política y grupos políticos, sobre los intereses de sus representados... 

Veo que ahora todo ello representa, en la búsqueda de lo positivo, una gran oportunidad para que los productores, los empresarios y quienes se dedican a la creación de riqueza legal; tomen por su cuenta, la promoción, la creación y la ejecución de proyectos que generen riqueza en todos sus ámbitos. 

Veo que es momento de dejar de lado el discurso complaciente y la espera, para poner a trabajar las ideas, las propuestas y la creación de proyectos que se necesitan..."

Este pensamiento lo he manifestado ya en varias ocasiones en los últimos días. Cada día me convenzo más de ello. No veo otra salida a tanta inmovilidad, a tanto comentario frustrante y enojado del acontecer productivo nacional. Lo leo en diarios de otros lugares, en otros países, es general.

El tiempo de la política propositiva se agotó. Hoy la retórica cunde, inunda y sólo enoja. Hoy de manera descarada nos hemos acostumbrado a mirar el "triunfo económico" de algunos representantes... Por la mala. Por el camino de lo indebido, del robo, del chantaje. Hoy vemos nuevas generaciones admiradoras del tener material, vemos que la capacidad creativa, el conocimiento, la educación, el bagaje cultural, no es lo que se promueve en la juventud. Vemos la inversión en gasto, en cosas, en basura crecer y disminuye invertir en riqueza y la capacidad de crearla, en experiencia. 

Tristemente, la educación hoy, es más una obligación casera-laboral que una necesidad humana, que un deseo, que una aspiración.

Asistí hoy a un desayuno. Confieso que no me quede hasta el final, por respeto a mi mismo. El desayuno contaba con una estrella (no de huevos preparados bajo la técnica del estrellado...). Miguel Ángel Mancera (dicese Jefe de Gobierno de la Ciudad de México), era el orador y yo ahí mas por morbo que por inquietud, eso si, confieso, asistí sin mucha, casi nula, expectativa intelectual. 

Asistí convencido de qué en medio de mis huevos (fueron revueltos y revuelto quedé...) escucharía que nuestra ciudad es una maravilla. Asistí convencido de que escucharía planes y planes y más planes sobre el plan. Asistí convencido de que continua el discurso de "créeme, te voy a coger, pero te va a gustar...". Asistí convencido de que el capital político personal está por encima de cualquier otro tipo de capital y su posible generación de riqueza. Aclaro, no asistí por compromiso, ya evito esa mala costumbre.

Pero mi desagradable sorpresa fueron los otros discursos. Donde se le felicitaba (aún no entiendo ¿de qué o por qué?), donde se le agradecía... Donde se dieron cifras "impresionantes", si se les ve de un ángulo, claro está (la magia de la no ciencia económica y sus poderes), pero sorpresivamente todos los parabienes viniendo de aquellos que representan a los afectados... Así, pues ni como ayudarnos.

No esperaba la grosería (merecida esta...), tampoco esperaba la confrontación. Esperaba la congruencia, la solicitud, la llamada de atención cortes, educada pero firme. Esperaba que el sentido común diera un revés al sin-sentido del discurso político que no refleja la realidad. Esperaba que se concluyera que sí de avanzar se trata, se debe de avanzar y no mantenerse en la comodidad de lo poco, temiendo el arriesgar todo por mucho. Esperaba que alguien alzara la voz e indicara que no hay peor camino que aquel que ni siquiera se toma.

Mis palabras, con las que inició esta entrada, están lejos de llegar aún. Más no imposible de que sucedan. Conversé a mi alrededor y solté pedazos de las mismas. Tuvieron efecto, fueron de acuerdo, fueron escuchadas... Desayune con un poco de esperanza. Me propongo continuar proponiéndolas. 

Las comparto con ustedes, con quienes se toman un tiempo y leen mis líneas. Gracias. Hay tarea por realizar. Acomodo mis prioridades y elevo a los primeros lugares mi responsabilidad adquirida de convencer, de generar y de promover que debemos de invertir y generar los proyectos necesarios... Sin esperar planes, sobre planes derivados del plan.

JC



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