FELIPE CALDERÓN HINOJOSA
PRESIDENTE CONSTITUCIONAL DE LOS ESTADOS UNIDOS DE MÉXICO
PRESENTE.
Noviembre 30, 2012
Ciudad de México
Unas horas... unas cuantas horas más y usted dejará de ser el Presidente de nuestro país. Le escribo respetuosamente en respuesta a la despedida que usted amable y a mi parecer, acertadamente, nos dió recientemente.
Le escribo con el único propósito de agradecerle su labor estos seis años al frente del poder ejecutivo de nuestro país. Le escribo para agradecer la intención de intentar y en mucho lograr, hacer que nuestro país evolucione a una mejor posición, como un todo, en un entorno difícil, agresivo y poco agradecido.
No le escribo para agradecerle haber hecho algo por mi, pues no era su labor, ni la de ningun Presidente. Le escribo para agradecerle el trabajo y el compromiso que tomó. Calificarlo es sencillo, fácil y por mucho injusto; pues si bien, hay siempre formas de mejorar propósitos, la decisión de hacerlo, incluso, pudiendo equivocarse, es encomiable. La mayoría de los ciudadanos no transitan el camino de la decisión, se estacionan en el lugar de la crítica inmóvil y la tranquila ineficiencia del que no hace o hace nada.
Falta mucho... en efecto, falta mucho por hacer. Falta que cada mexicano genere oportunidad. Falta que cada mexicano, esté donde esté, en el nivel que sea, se haga cargo por completo de sus hijos, promueva oportunidad, brinde empleo, cuide el empleo, mejore su empleo. Falta elevar valores en nuestras familias. Falta dimensionar el valor monetario como simple herramienta para cumplir metas trascendentes. Falta hacer de lado la falsedad del pretender para resaltar la firmeza y congruencia del ser. Falta que olvidemos que alguien más debe hacerlo, falta entender que el gobierno gobierna, no es proveedor... todo ello, como labor personal, individual que nos corresponde a cada uno.
Por ello, por permitirnos a muchos confirmarlo, muchas gracias, Señor Presidente.
Falta mucho... en efecto, falta mucho por hacer. Falta que cada mexicano genere oportunidad. Falta que cada mexicano, esté donde esté, en el nivel que sea, se haga cargo por completo de sus hijos, promueva oportunidad, brinde empleo, cuide el empleo, mejore su empleo. Falta elevar valores en nuestras familias. Falta dimensionar el valor monetario como simple herramienta para cumplir metas trascendentes. Falta hacer de lado la falsedad del pretender para resaltar la firmeza y congruencia del ser. Falta que olvidemos que alguien más debe hacerlo, falta entender que el gobierno gobierna, no es proveedor... todo ello, como labor personal, individual que nos corresponde a cada uno.
Por ello, por permitirnos a muchos confirmarlo, muchas gracias, Señor Presidente.
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