Carta a un amigo...



Juan,
Recibí tu carta pasada la medianoche, cuando el portero timbró y me comentó que le había sido entregada minutos antes, como urgente. Terminé de leerla y de releerla pasadas las 3 de la mañana... mis ojos hinchados, mi mano cansada y la vista un poco nublada, me hicieron dudar si responderla de inmediato o esperar la luz del sol. Menudo asunto que me has enviado...
Tu carta desesperada me ha hecho llorar y pensar. Me has hecho sentir en mi piel el frío que ahora se que sientes en todo tu ser. Me has provocado el espantoso nudo en la garganta que te impide llorar y soltar el dolor que se, tu tienes ahora. Me has llevado al sollozo y llanto que mucho tiempo conocí, conocí a detalle, sentí, viví. Tu huída geográfica que anuncias la entiendo y no la entiendo. ¿Qué haces tan lejos? Pero a la vez... entiendo. Vete, aléjate, componte; que no te vea así, que no te vea llorar como niño desesperado, como niño perdido. Pero... ¿tán lejos?
No quiero hablar de ella, no me corresponde, eso es asunto tuyo solamente. Dices estar decepcionado. Puede ser, tal vez, ahora veo en cierta perspectiva tu punto de vista, desde mi ángulo. No, no creo que te haya mentido, creo... quiero creer. No te dijo lo que tu supiste de forma infortunada, nunca lo mencionó, lo guardó íntimamente cual secreto. Típico de mujeres amigo, tan típico de guardar secretos, cual guardan recuerdos que nosotros estamos impedidos de ver muchas veces. Naturaleza extraña del secreto, que más allá de ser prudente, es una navaja filosa que casi siempre, termina cortando y lastimando seriamente. No debería de haber secreto sin fecha de caducidad, o se expone o se olvida, pero en ambos casos; debe morir. Mantener vivo un secreto, es mantener una llama viva que tarde o temprano dolerá... Pero, ¿acaso no decir algo, equivale a mentir sobre algo? No, es un secreto. Muchos lo diferencian. El dolor no. Que se diga lo que se diga, el secreto está en el límite de la mentira y la verdad no dicha y por ende entra en el plano de poder ser nombrado como convenga, para quien le convenga. No me gustan los secretos. Siempre terminan lastimando. Tarde o temprano. Los secretos en mi vida, han sido los causantes de mis más grandes dolores y temo decirlo... de mis más grandes fracasos. Leí con calma tus palabras, tus trazos desesperados, las hojas antes mojadas con tus lágrimas, ahora secas con tus marcas. Viví tus sentimientos; leí sobre la cena y la larga charla que tuvieron y que -agradezco tu confianza; prácticamente transcribes para mi. Entiendo tu sentir, muchas veces, mucho tiempo, muchos años estuve inundando de temores e invadido por demonios, entiendo el dolor que provoca, entiendo el dolor que sientes. Entiendo que incluso, como lo describes, duele físicamente, duele hasta el fondo cuando el no saber hiere y sangra más que el saber, que la verdad en si. Verdad simple, verdad clara, verdad honesta que es herramienta de libertad a diferencia de la complicidad dolorosa que los secretos nos obligan a respetar. Varias veces pedí que me dijesen siempre la verdad, así me llegara a lastimar; a guardar un secreto o decir una mentira, que terminarían con mucho y lastimando todo.
Ella te confirma, a tu pregunta directa no haberte dicho, no mintió en ese momento. Ella no confirma haber mantenido secretos. Ella confirma que no dijo todo, al no darle importancia; pero, cuando decía haberlo dicho todo. Ella tira por la borda tu confianza, al haber manifestado que lo vivido contigo era único y primero, cuando que ya lo había vivido antes con alguien más. Ella confirma romper el pacto de honestidad, cuando le fue más honesta a sus secretos, a sus recuerdos... no se, ¿a sus mentiras? Ella me dices, rompe con la lealtad... Te desnudas amigo, me describes uno a uno, secreto a secreto, momento a momento, situación a situación... una a una, a detalle, duele leerlo como se que te dolió escribirlo. Lloró nuevamente...
¡No!, no era necesario escribirlo, pero también se que lo necesitabas hacer. Entiendo la psicología de querer liberarte de la traición al escribir. Se que dimensionas y pones en escala al describir, lo que como torbellino inunda la cabeza y el mareo que la vorágine de escenas en tu mente generan. Conozco ese vacío, conozco esa soledad amigo. La conozco, no quiero volver a verla te confieso.
Para ella, cada secreto se fue desmoronando. Estoy seguro amigo que ella lo sufrió también. Pero es su responsabilidad, ella decidió marcar los secretos fuera del plano de la verdad. Ella se defiende, me describes. Ella habla de vivir contigo, sentir su presente, como no hay recuerdo de haberlo sentido así en su pasado. Ella argumenta que las personas son distintas, los sentimientos distintos y que hoy solo estas tu. Entiendo que a ti amigo, no te lastimen los hechos cuando que tu no estabas en su vida, cuando no existías; entiendo que el dolor te surge de lo -no dicho. De lo que se pretendió 'olvidar' cuando no se tenía olvidado o que jamás sabrás que tan presente estaba. Si, entiendo tu sentir. Pero... 

Pero...

¿No habrá sido el no quererte lastimar con hechos que no tienen ya más valor? 
Acaso... ¿lo que ella vivió y crees que mantuvo en secreto, será que ahora lo ve diferente, estando a tu lado? 
¿Pudiera ser, -solo pudiera ser; intentar una respuesta positiva a las preguntas que yo mismo hago? 
Pudiera ser que y; tratando de sacar algo del dolor en ti: que para ella el secreto fuese solamente ¿un evento, varios eventos, eventos pasados, eventos que si bien no están olvidados, si están hoy carentes de presencia, de importancia, de presente, de 'ahora'...?
Recuerdo las noches de universidad que juntos leíamos a los maestros. ¿Recuerdas? Voltaire, Balzac, Moliere... recuerdo a Poe y la descripción que hacía de la pareja perfecta: "una mujer con pasado y un hombre con futuro..." recuerdo y lo anoto aquí ahora. 
Ella es una mujer con pasado, sin duda. Ella es hermosa y su mirada habla de haber vivido, haber llorado y de haber sentido, ella hasta ayer estaba a tu lado. Tu, tu eres de los pocos que me atrevo a decir que tienes futuro. Eres exitoso, no en los términos superficiales de la mayoría, no. Eres exitoso tanto que tus pasiones son tu vida. Eres tan exitoso, que eres libre. Eres tan exitoso, que eres responsable de tu vida y lo manifiestas en tus escritos, en tu palabra y en tu actitud... Eres tán exitoso, que no sientes deuda con nadie, no tienes deuda con nadie, no pides, no esperas. Eres tan exitoso, que yo te admiro. Y estoy seguro que ella también, mienta o no, eso es sin valor ahora. Ella te admira y ella tiene pasado... ¿Poe habrá estado equivocado?
No creo. No creo y si creo que debes olvidar. Al parecer eso había hecho ella antes. Olvidar. Genuinamente dejar pasar algo que hoy no sirve, para darle entrada a lo que si sirve y está presente. No hay espacio para secretos, no puede haber así... Pero eso solo está en ti.
Vuelve, vuelve a su lado. Buscala, debe de estar extrañando tu presencia en su presente. Precisamente e irónicamente, no te conviertas tu ahora en un nuevo pasado, en la posibilidad de terminar siendo un secreto o lo que es peor, un olvido, que algunos mal llaman 'recuerdo'. En los asuntos del amor, ser recuerdo es sentencia de muerte. No quieras mantenerte 'vivo' en un recuerdo. Imposible. En amores, el recuerdo o se mantiene en el secreto y vivo o se pierde en la genuína apertura del presente. No puede mantenerse en cajones, en gavetas, en rincones. Se olvidan o se miente para mantenerlos vivos.
¿Entiendes? Tu dolor es real, es entendible, ante la amenza de una mentira quisiste confirmar su existencia. Pero en ti está el no darle el tamaño que le has dado. He llorado contigo y ahora me recompongo contigo. Has sufrido y te he acompañado. Has pensado, llevo toda la madrugada pensando, borrando, escribiendo y volviendo a escribir contigo. Vuelve a ella. La amas y ella te ama, tu sabes que te ama. Lo fortuito del saber algo que pertenece a otros tiempos fue un mal momento solamente que ninguno de los dos generó. Ella está, no está en esos momentos pasados. Ella declara su amor hoy por ti, no guarda silencio mirando de reojo al pasado que tu has venido a recordar.  Eres su presente. Olviden el pasado, olvida tu pasado... Olvida su pasado.


Son las seis y mi cuerpo necesita descanso. Son las seis y la catarsis da paso al sueño. Tranquilo toma tus cosas y regresa con ella. Levantate de donde estés y vuelve a su lado. No digas nada, mirala a los ojos, mirate a los ojos, besala y transmite en ese beso el amor presente que le tienes. Se que la amas, se que te duele, pero en su presente no puedes dudar que solo existes tu. Mira como te mira, mira como te ama, admira como piensa en ti... Vuelve a ella.
No pudo mentirte. Lo hubiese negado. No quiso mencionar cosas y momentos que de nada servirían, ni harían mejor lo que entre ustedes han construído en años. Lo pasado en ella, en ti, en ambos... hoy no tiene espacio. Solo estorbaría. Vamos amigo, levántate, ve por ella, te está esperando. Yo dormiré un poco.

Tu amigo que te quiere y estima,

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