Fin de semana...

- Papá, gracias por apoyarme y gracias por mi fiesta, pero… ¿Papá, por que no crees en la Religión Católica, la Iglesia, en Jesús y en Dios?

Tarde o temprano la pregunta llegaría. Y también tarde o temprano la respuesta genuina, real y verdadera tendría que ser dada a una de mis dos hijas.

- Te contesto cada una hija: Por que la religión católica y las religiones en general, son líneas de pensamiento humano creadas por el hombre y para el hombre que dan respuesta a muchas preguntas que surgen al momento de tener precisamente, pensamientos, mente, raciocinio… Pero estas líneas de pensamiento, responden de una manera mágica, no objetiva; dogmática, no científica; a dichos pensamientos y dudas; atribuyendo a entidades superiores (dioses) si no todas, casi todas las respuestas.

Como soy una persona que no cree en la magia, uso mi propio raciocinio, buscando encontrar respuestas de una manera científica, analítica y objetiva. Por eso no soy religioso. Ni devoto de la magia.

- Papá… ¿y la fe, el tener fe y sentir bonito saber que alguien nos cuida?

Eso es algo lindo hija, eso es algo que hay que apreciar. La fe en los hombres existe en nosotros mismos y deberíamos de no perderla de nosotros mismos. Nos educan en tenerla en otros, pero no es necesario. Puedes tener fe en ti misma y estar segura que lo que deseas y te propones, puedes lograrlo, si aprendes a juntar todo lo necesario para que esos deseos se vuelvan acción. Sin hacer nada, solo obtendrás nada.

El que sientas seguridad de que alguien te cuida también es sano, tus padres te cuidan y tus abuelos también; pero lo más importante es que tu aprendas a sentirte segura contigo misma. No debes de ‘no hacer’ por que alguien ‘va a hacer o darte’ eso no es fe… eso es imposible.

- Papá… ¿la Iglesia?

La Iglesia hija es una institución creada por el hombre hace muchos siglos. En su momento se hizo para darle un ‘hogar’ a la línea de pensamiento que hoy llamamos catolicismo. En su momento tenía un objetivo muy claro. Y se cumplió. Pasaron los siglos y dejó de ser esa ‘casa’ para convertirse en una centro de poder, poder sobre muchos humanos. Como ya estudiaste y lo hemos hablado, poder en muchas cosas que no tienen que ver con lo bueno. Poder sobre muchas personas con miedo y castigos y poder al hacerte ser culpable de muchas cosas de las que no eres culpable.

Con el tiempo, la iglesia dejó de ser un lugar de oración y propuesta de un convivir y se volvió un gobierno, sobre muchos gobiernos. En eso, no puedo creer hija. No puedo creer en algo que se pone por encima de mi mismo. Y tampoco puedo creer en una institución que me considera culpable de entrada. No me gusta vivir con culpa. La culpa no es un sentimiento bueno.

- ¿Entonces no crees que haya existido Jesús?

De su existencia hija, no lo sé. De sus enseñanzas, hay muchas muy valiosas, y que si Jesús existió, debió de haber sido muy interesante escucharlo. Debió haber sido un hombre muy inteligente. Muy hábil en su hablar y en su pensamiento. En muchas cosas no hubiera estado de acuerdo con él. Sobre su procedencia mágica, no hija. No lo creo. Y de que se sacrificó por los demás, no creo que sea un mérito, nunca lo creeré. No estoy en deuda con él.

- ¿Y Dios?

Amor, la existencia de Dios no la puedo poner en duda y tampoco puedo asegurarla. No puedo concluir que no existe, ni tampoco su existencia. No de manera racional, objetiva. Por ello, no puedo considerarlo en mi forma de pensar. Sería injusto, sería soberbio y sería mentira ‘creer’ en algo que no creo. Suena tonto, pero es simple.

Al no tener seguridad en ninguna de los dos, existe o no, me desautoriza para asegurar cualquiera de las dos. Creo en mi, creo en ti y solo creo en aquello que toco, veo, siento y entiendo.

- Sigues tus reglas, las que me has dicho… y que por eso me apoyaste para que hiciera mi primera comunión. Creí que no lo harías… ¡Te quiero Papá!

Si, mis reglas y de muchos más. Mis reglas que me hicieron apoyarte, cuando tu elegiste y deseaste hacer tu primera comunión. Nadie te obligó, nadie te lo pidió. Cumpliste una regla importante:

No utilizaste a nadie para tus fines, ni permitiste ser utilizada por nadie, para sus fines.

¡También te quiero hija!…