Deadlines...

Cumplimientos, fechas finales, cuentas regresivas, fechas 'fatales', 'deadlines'... Un tema que puede parecer inocuo pero que de forma relevante está en nuestras mentes todos los días. Tenemos estas fechas colocadas en nuestra mente, en nuestras agendas, calendarios, listas de quehacer, etcétera. Por todos lados el sentimiento de cumplir, está. A veces, incluso, generador de frustraciones.

Han funcionado por siglos. Es muy humano el significado de inicios y términos. A diferencia del resto de vida en nuestro planeta; la conciencia de ello, es un signo de la humanidad. Pero las cosas y los hechos no son tan determinantes. Se manejan así para enmarcar en lo que llamamos 'tiempos', 'timelines' ello para ubicar en un mapeo mental y lógico.

Es correcto, es sano y así funciona el mundo. Pero el significado mal entendido acarrea mucha frustración, inventa nombres (procastrinación, del inglés 'procastrination') y genera dificultades. Incluso rompimientos.

Analizo esto para quienes se que hoy, en estos momentos puede darles una visión diferente, más productiva y sobretodo; la posibilidad de que un mínimo cambio de nombre, puede generar un impresionante cambio de sentido.
  1. A las personas no les gustan los 'deadlines'. Significan una decisión, entrega y riesgos. Casi siempre, en una negociación, preferirán que decida el otro.
  2. Las 'deadlines' funcionan. Fechas a cumplir, productos por desaparecer, negociaciones por finalizar, boletos por venderse y agotarse -todos crean flujo, todos crean movimiento.
  3. Las fechas de entrega, hace que las personas hagan cosas increíbles, incluso tontas. Cada que se anuncia un fecha de fin; surgen peticiones, situaciones, pretextos o realidad increíble, buscando evitar la fecha en sí. El tiempo no importa. El fin aun lejano es el que 'acorta' el estatus. 
  4. Las fechas término, dan la oportunidad de eliminar la prisa. La entrega o cumplimiento en tiempo, permite incluso meditar la entrega en si misma. Cuando se cumple, el trabajo o actividad aumenta su potencial de disfrutarse.
  5. Cuando nos auto-formamos una fecha fin, somos muy laxos en atenderlo. Por ello, sugiero que no solo se auto-formule en la mente, escríbelo. Compártelo con alguien. Ello genera un compromiso particular que de manera unilateral, generalmente no se cumple. Incluso, asócienlo con una recompensa o castigo propio.
  6. El nombre 'deadline', fecha fin, fecha término son muy negativos. Cambien por 'live-line', fecha logro, meta, fecha inicio...
Los términos y sus significados, actúan muy por dentro de nuestro propio inconsciente. Algo así como cuando elimine la palabra trabajo y la cambie por proyectos.

¡Hoy tengo varias 'fechas de vida' que disfrutar!

¡Buen día!

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