Capitulo 1.1

(Entrada Blog No. 100) (43 años, 1 mes, 23 días, 42 minutos) (2 matrimonios, 2 divorcios) (2 hijas princesas) (5 años de apuntes, ideas, borradores y...) (cualquier semejanza con personajes a la vida real o irreal, inventada o por inventarse, no es coincidencia)... Va:
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El y Ella
Capitulo 1.1

El.

Sóno el teléfono... las 4 de la mañana. Sólo existen malas noticias o borrachos perdidos a las 4 de la mañana. Como diablos se me olvido apagar el celular hoy que estaba profundo. Justo hoy. -Hola?- nadie contesto... Ahora resulta que encima de hablar a esta hora, el maldito se digna a despertarme con silencios ruidosos. -¡Carajo Hola!... Ruido. -Hola perdona, perdoname...- No era maldito, era maldita. Su voz apagada, baja, simple. Me senté en la cama. -Click...- Colgó.

No dormí nada. Las 4 y veinte. Las 5, 5 y media. Las 6. A la chingada, mejor veo que hay de nuevo en este país chistoso. Prendí la televisión y en mi mente en ON sonaba: -Hola, perdona, perdoname...- ¿quién era? ¿Habra sido Lourdes? ¿Fran? ¿Julia? ¿Qué me tenían que perdonar? No se supone que como todos me dicen, soy yo el maldito, el malo del cuento, el seductor que no determina, el mil amores, el abejita de flor en flor, el desubicado, el lobo feroz, el malo malo... ¿Qué perdono?

Las 7, llueve. ¡Alabado sea el Dios de la lluvia que me brinda sus dichas mojadas sobre el techo de mi morada, cuando sabe que no hay algo que más odie que la lluvia y justo, justo cuando una que tengo que perdonar me despertó hace 3 horas!

Levanto mi humanidad y me dirijo al baño, me miro en el espejo. -Estás vivo güey- Me río. Al menos mi humor negro sigue trabajando. "Perdoname..." como zumbido me seguía ese tono de voz que como que se borra. Se me pierde el tono de voz.

Me meto a la regadera y como todos los días, a brincar esperando a que salga el agua caliente. Es como sadomasoquismo mi acto de regadera, dicen que son miles de litros los que se pierden esperando a que se caliente el agua estando afuera. Y yo ahí adentro esquivando gotas heladas, brincando como conejo espantado, esperando que se caliente el agua. Ahora resultó que soy muy consciente... Que idiota.

Agua... "perdoname", agua, palabras... Me pregunto si todos los hombres hacen lo mismo. Saco camisa, saco traje y no me gusta lo que veo. Cambio camisa, cambio cinturón, cambio zapatos, ok. Cambio reloj... mmmhhh... no. Muevo calcetines, cambio zapatos... veo veo. Soy todo Palacio. Que bueno que no soy mujer. Estaría listo por ahí de las 12. Solo que esta mañana pongo junto a mi altar de vanidad el celular. Sigue el letrero ahí: NÚMERO PRIVADO. Usa radio o es larga distancia. Exacto, me sentí chingón, acababa de eliminar mi lista de 300 números conocidos de las posibilidades y definida mi investigación a unos cuantos millones en el planeta tierra... ¡Eso mi Sherlock!

Bajo las escaleras y camino en el estacionamiento. Ya esta Pepe esperando, siempre ahí, fiel como yo creo que no seré nunca. La puerta abierta y mi típico "Buenos días ¿todo bien?". -Todo bien señor, deje atrás el periódico raro que dejó anoche- ¿Raro? pregunté. -Si, está buenísimo señor, imaginese eso de que iniciaron la construcción de viviendas en el sótano del periférico- Miro a Pepe y solo sonríe... En el asiento de atrás hay un periódico con la portada del Reforma, lo tomo y leo las 8 columnas: EL JEFE DE GOBIERNO INICIA OBRAS DE VIVIENDA EN EL SÓTANO DEL PERIFÉRICO III FASE. Empiezo a leer y me paro, leo la fecha... 27 de mayo 2015...


Ella.

Marina sale de sus clases ese día muy alegre. Por fin había encontrado en la ciber biblioteca los archivos de arte que buscaba. Pudo imprimir todas las gráficas que quería y guardar el resto de las mil quinientas en su cuaderno digital. Caminaba por los pasillos rojos y azules. La iluminación cambiaba. Sus pasos sonaban marcando su ritmo en los muros blancos pintados por la luz. Algunos la miraban. Le gustaba que la miraran. Se sabía mirada. Vanidad que a sus 24 le gustaba sentir. Cachondeo de ojos que sabía que si daba pasos más grandes, los ojos se alargaban de forma indiscreta que ella conocía observar de forma discreta. Se sabía bella, se disfrutaba bella, sobre todo cuando vestía todo de negro.

La facultad de arte era el edificio central de la universidad. Su forma circular dejaba salir en forma radial los pasillos blancos siempre iluminados por los colores cambiantes. Pasillos altos que daban la impresión de volar por encima del campus color arena. A vuelo de pajaro se veían perfectos, 5 pasillos que remataban en 5 volúmenes todos distintos, todos blancos que irradiaban colores por sus vanos, ventanales transparentes que dejaban ver personas a lo lejos, caminaban. Como hormigas en un hormiguero bellísimo. La música se escuchaba claramente, pero a la vez distante. Salía de paneles blancos que asemejaban hojas de papel en los muros, como cinta que recorría a todo lo largo cada uno de esos pasillos. Tchaikovsky se escuchaba nítidamente. El violín penetraba en los oídos de todos aquellos que caminaban. Absortos en sus ideas, en sus pendientes, en sus problemas, en sus deseos... Marina se sentía alegre. Horas y horas de busqueda en la red. Juntar las obras de más de mil quinientos pintores fue una proeza de busqueda en los trillones de bytes que navegan en la red. Todos, ninguno le faltaban. Su collage digital sería más que un sueño, sería su obra maestra del semestre. Se sentía hecha, satisfecha, completa. Se amó.

Continuaron sus tacones marcando el ritmo. Pasos divinos como sus botas negras, negrísimas se movían sincronizadas. Sus piernas bronceadas se estiraban. La falda al vaiven del ritmo parecía volar para alcanzar sus muslos. Dejaba ver sus muslos. El bronceado surgía por su cuello y marcaba su cara, los ojos verdes brillaban. El pelo del negro de sus botas danzaba. Tchaikovsky se meneaba entre la maraña de su perfume que dejaba un halo de inalcanzable por el blanco del pasillo. Se antojaba más escuchar a Jim Morrison viendola caminar, pero Pietr Illich se imponía. Salió al pórtico principal cuando detuvo su paso. Sacó sus lentes oscuros Prada y aparentando lo cotidiano, su danza de colocarselos era más un "performance" que un mero ponerse los lentes...

Caminó a su auto y al llegar marcó su clave en el código digital del vidrio. El auto híbrido cambio del gris aburrido de "parking" al rojo de "on" en toda su carrocería. Marina subió y colocó su PDA en el dispositivo que verificaría el estado del tiempo, la música, la agenda y el directorio de rutas y tráfico. Toco la palanca de mandos y salió del estacionamiento, quería llegar ya a su casa. Tenía que poner manos a la obra con su collage digital. Su emoción guardada la dejó salir al escuchar el album de "oldies but goodies" y escuchar al finado Tiësto... el letrero a la salida de la universidad en diódos amarillos indicaba: VÍAS DESPEJADAS, MANEJE CON PRECAUCIÓN, SON LAS 15.35 HORAS, 27 MAYO 2015.

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