Vuelvo...
Sábado... llueve... música; ellas duermen, son unos ángeles, ángeles que al verlas me dicen que es lo mío. Mi creación más hermosa, jámas imagine verlas dormir juntas después de todo lo que he vivido. No duele, sonrío, las veo, cada una tán ella, tan diferentes, tan parecidas, mismas pestañas, mismo lunar que yo... millones de genes en sus cuerpos, millones de datos, información de generaciones que he pasado, que he heredado, que ahora ellas portan... historias que no conocemos, sentimientos que pasan de cuerpo en cuerpo, aprendizaje, locuras, atrevimientos, secretos... uniones de seres que en la historia genética de sus madres y mía se resumen en dos seres dormidos, cansados, tenía tiempo que no reía tanto... Gracias Dios por darmelas. Gracias tiempo por darme la oportunidad de tenerlas ahora aquí junto a mí, acostadas, dormidas conmigo... juntas, mientras puedan estar juntas. Gracias a quienes me apoyaron... gracias, mil gracias.
Vuelvo... el silencio ha terminado. No quiero decir que mi vida se haya solucionado... ¡no! esa solo quedará resuelta el día que cierren la tapa de la urna que entrará poco a poco al horno donde mis escritos, mis ideas, mi voz, mi cuerpo, mis visceras, mis ojos, mis manos, mis pecados, mis dolores, mis alegrías, mi forma de ser pase a ser ceniza... espero que ese día ellas, si no estarán felices, si deseo que ese día estén satisfechas. Satisfechas ese día de haber conocido a un hombre que intento y quizo siempre ser integro, congruente, sincero y noble.
Vuelvo ahora tranquilo a escribir, a hablar conmigo, a escribir lo que quiero, cuando quiero y como quiero... vuelvo al camino de letras que tanto amo. Vuelvo al mundo del pensar y expresar que me han pedido querer leer, querer tenerlo, seguir escuchandolo... en sus propias mentes. En mi escencia está el hacerlo, no debo dejarlo, me pierdo, me postro, me petrifico en la superficialidad de no querer pensar.
Vuelvo sabiendome más. Vuelvo conociendome más. Vuelvo convencido de lo que soy y que no cambiaré. Vuelvo con fuerza a valerme, a valorarme, a quererme, a sonreírme, a bromearme, a reír de cualquier cosa... Vuelve el hombre que lanzó piedras amiga mía... Vuelve el hombre que conoce el deseo, el hombre que conoce la entrega, el hombre que sabe que ha cometido errores fuertes, si, pero que los reconoce y no se engaña a sí mismo cometiendolos una y otra vez.
Vuelvo sabiendo que quiero, vuelvo conociendo el dolor... reconociendolo y entendiendo que es parte de esta vida. Vuelvo en proceso de renovarme. Vuelvo queriendo volver a mí vida, a mis sabores, a mi música, a mis sentires, a mis pláticas, a mis pensares, a mi visión, a mis creencias, a mi realidad. Vuelvo a mi vida. Vuelvo a hacer, querer, mover, lograr, tener...
Pasado... no es un Adiós. Es un saber que estás ahí, que siempre estarás. Que siempre te reconoceré como parte de mi vida. Que si fallé, no lo hice queriendo lastimar. Pasado eres pasado ya. Si quedan sentires aún, estos mismos me sirven para confirmar que son eso, solo un pasado.
"El hombre se levantó lentamente de la piedra donde estaba sentado, piedra que ve al mar, se secó las lagrimas... ameneceres, atardeceres y noches negras le vieron llorar. Notó su cuerpo debil, tenía hambre del alma. Su rostro estaba sucio, desnudo caminó hacia el mar. Poco a poco entró en el... no más piedras que aventar, entraría él al mar. Al mar de vida, al mar de su vida... El hombre caminó adentrandose en su vida."
Gracias, tu sabes quién... gracias.
Vuelvo... el silencio ha terminado. No quiero decir que mi vida se haya solucionado... ¡no! esa solo quedará resuelta el día que cierren la tapa de la urna que entrará poco a poco al horno donde mis escritos, mis ideas, mi voz, mi cuerpo, mis visceras, mis ojos, mis manos, mis pecados, mis dolores, mis alegrías, mi forma de ser pase a ser ceniza... espero que ese día ellas, si no estarán felices, si deseo que ese día estén satisfechas. Satisfechas ese día de haber conocido a un hombre que intento y quizo siempre ser integro, congruente, sincero y noble.
Vuelvo ahora tranquilo a escribir, a hablar conmigo, a escribir lo que quiero, cuando quiero y como quiero... vuelvo al camino de letras que tanto amo. Vuelvo al mundo del pensar y expresar que me han pedido querer leer, querer tenerlo, seguir escuchandolo... en sus propias mentes. En mi escencia está el hacerlo, no debo dejarlo, me pierdo, me postro, me petrifico en la superficialidad de no querer pensar.
Vuelvo sabiendome más. Vuelvo conociendome más. Vuelvo convencido de lo que soy y que no cambiaré. Vuelvo con fuerza a valerme, a valorarme, a quererme, a sonreírme, a bromearme, a reír de cualquier cosa... Vuelve el hombre que lanzó piedras amiga mía... Vuelve el hombre que conoce el deseo, el hombre que conoce la entrega, el hombre que sabe que ha cometido errores fuertes, si, pero que los reconoce y no se engaña a sí mismo cometiendolos una y otra vez.
Vuelvo sabiendo que quiero, vuelvo conociendo el dolor... reconociendolo y entendiendo que es parte de esta vida. Vuelvo en proceso de renovarme. Vuelvo queriendo volver a mí vida, a mis sabores, a mi música, a mis sentires, a mis pláticas, a mis pensares, a mi visión, a mis creencias, a mi realidad. Vuelvo a mi vida. Vuelvo a hacer, querer, mover, lograr, tener...
Pasado... no es un Adiós. Es un saber que estás ahí, que siempre estarás. Que siempre te reconoceré como parte de mi vida. Que si fallé, no lo hice queriendo lastimar. Pasado eres pasado ya. Si quedan sentires aún, estos mismos me sirven para confirmar que son eso, solo un pasado.
"El hombre se levantó lentamente de la piedra donde estaba sentado, piedra que ve al mar, se secó las lagrimas... ameneceres, atardeceres y noches negras le vieron llorar. Notó su cuerpo debil, tenía hambre del alma. Su rostro estaba sucio, desnudo caminó hacia el mar. Poco a poco entró en el... no más piedras que aventar, entraría él al mar. Al mar de vida, al mar de su vida... El hombre caminó adentrandose en su vida."
Gracias, tu sabes quién... gracias.
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