CREATIVE CLASS (1)

Leo varios libros a la vez... necesito llenarme de ideas, se me secan los cacahuates.

"Loving Frank" de Nancy Horan, que me relaja y adentra en el entender a las mujeres cuando hablan de amor, o sea -fantasía literaria del NO entenderlas...-; novela del hecho real del amasiato entre Frank Lloyd Wright (arquitecto) y la esposa de quien fuera su mejor cliente. Cachondés arquitectónica al máximo.

"Freakonomics" de Steven Levitt y Stephen Dubner que me tiene más que divertido con todo lo que no viene al caso en cuanto a la economía y su relación con la sociedad. Sorpresas que uno lee. Entre algunas; ¿Saben que NUNCA en toda la historia de la humanidad, tenemos los índices de mayor posibilidad de estar vivos y estar seguros? sip. Con todo y todo lo que sucede y los "índices de criminalidad" que son más bien herramientas de campaña y mantenimiento de posición política... Mis análisis de este libro formaran parte de la serie CREATIVE CLASS dado que se complementan y refuerzan de alguna forma.

"La virtud del egoísmo" de mi amada Ayn Rand; que forma parte del reforzamiento de mi filosofía libertariana que cada día cae en más y más congruencia con mi Ser, estado de ánimo que recomiendo fuertemente.

Compre además dos libros, de los cuales cuando los lea, los comentaré. Pero en especial leo un cuarto libro que me tiene "excitado" (en su término en inglés... no se me aceleren); "The Rise of the Creative Class" de Richard Florida, al cual dedicaré esta serie que inicio CREATIVE CLASS para compartir mis pensamientos con ustedes...

Vamos a jugar...

Traslademos (una especie de teletransportación o TP para algunos locos por ahí... jiji) a dos hombres en sus treintas. Uno lo tomamos en 1900 y al segundo en 1950. El de 1900 lo llevamos a 1950 y al de 1950 lo llevamos a ahora (2007).

¿Cuál quedará mas atarugado?

Consideremos los hechos. El que vivía en 1900 llegará a un mundo donde verá autopistas por todos lados, puentes y automóviles caminando a velocidades inimaginables (¿donde están los caballos?); entrará a una casa llena de aparatos que utilizan electricidad que hacen cosas increíbles; abrá una caja grande que hace ruidos, escucha música y ve a ¡seres humanos dentro!, le dirán que es una televisión. En fin, el pobre quedará en estado de shock con tanto ruido, cosas, movimiento que se quedará aterrado en un sillón, amenazado.

En cambio el de 1950 que llega a nuestros días verá muchos de los aparatos que ya conocia más grandes, más chicos, más simples, pero practicamente similares y en poco tiempo entenderá para que sirven todos ellos. Verá los autos más pequeños, pero más rapidos, la televisión muy nítida y en pantallas grandes. Podrá relajarse y ver programas que ya conoce, pero verá nuevos, muchos nuevos, muchos canales eso si. Seguramente entenderá que ese aparato pequeño que todos cargan es una computadora, conoce el elemento, pero bueno, ahora todos tienen una. Teléfonos sin cables, incluso los llevan a la calle y en los autos también los usan... ¿con quién hablarán tantos? Incluso se preguntará ¿Ya conquistamos otro planeta? ¿Ya se cura el cancer?... se sentará a comer y no podrá leer tantas y tantas etiquetas en las cajas de la comida que le sirven...

¿Cambio? dirá. ¡Cambio! gritará el otro de 1900...

Pero al día siguiente algo pasa. Ambos durmieron y ambos al día siguiente deciden que quieren ir a fondo.

El de 1900 abre su mente y comienza a entender que todo lo nuevo sirve para divertirse y hacer muchas cosas de forma más fácil. Sabe que le tomará tiempo, pero es de mente abierta. Consigue un trabajo, casualmente en la misma empresa que trabajaba en 1900 y pues aunque más grande, pues no hay mucho cambio. Consigue la misma posición en la oficina, si bien hay 3 veces más empleados, la vida segura de poder estar el resto de sus días en la filial de Corporate America lo tranquiliza. Mismos procesos (más rapidos eso si, con tanto aparatito nuevo y chistoso), pero misma burocracia, mismos escritorios, nuevas sillas, la moda ligeramente diferente, las mujeres eso si, muestran las pantorrillas (no se ven mal por cierto...). Mismo café... hmmm... -¡una chica nueva! platico, wow, espera lo mismo, saldremos, es buena chica para casarme... ¡quiere hijos!... buena familia, quiere algún día casa en los suburbios... -que bien- está comodo este mundo. Gracias a Dios esta empresa mantendrá mis espectativas el resto de mi vida...

El de 1950 despierta más tranquilo. -En fin... dice. Lo mismo pero más divertido. Sale a la calle, tranquilo, seguro, paraguas en mano, traje pulcro. Se dirije a la oficina que apenas ayer tenía. La empresa segura y estable que desde sus veintes le ha dado empleo. Camina y algo lo inquieta... mucho latino, indú, negros, todos caminan... donde están los blancos? se pregunta. Sigue su camino y se para en seco al ver a dos hombres tomados de la mano... ¿cómo?, ¿qué?... se apena. Los mira horrorizado. En ese momento pasa junto a el una chica... wow, que bella: -Hey! grita, la llama... no puede dejar de ver sus piernas. Su falda es corta, muy corta. No, no es prostituta, trabaja en la misma oficina donde yo estaba cuando no se que pasó... ¿salimos? cine?... que es dvd? ipod? de que me hablas? más aparatos raros... ¿Cómo? ¿Que estás joven para casarte? ¿No estás segura de tener hijos?... ¿viajar? ¿no tienes plan de retiro? ¿viajar ahora? ¿y el trabajo?... ¿por qué no puedo fumar aquí?, ¿gays?, ¿sida?, ¿free relations? ¿no tomas alcohol? ¿trabajas por proyecto? ¿no tienes plaza fija?... está desorientado.

Nuestro mundo no cambio de 1950 en gran medida por las cosas. Solo mejoraron, se simplificaron o complicaron, no conquistamos el espacio, no hay robots en todos lados ni nos vestimos con trajes plásticos...

Nuestro mundo cambió en sus personas, en sus mentes y dió inicio la era de la creatividad. CREATIVE CLASS es lo que ahora veremos, formar parte de la misma no requiere de aristocracia-democracia-meritocracias... solo requiere de algo simple... cerebro y capacidad creativa.

Continua...

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