Ella y El

Este título describe claramente lo que por fuera de este blog inicio. Un cuento, cuento largo que se forma de varios cuentos, cuentos cortos que conforman un cuento largo... que rollo.

Hace varios años ya que escribo, hay meses donde escribo diario, papeles por todos lados me saltan de mi ropa, servilletas incluso... solo me falta papel del baño que no dudo que un día loco me lo lleve de algun lado.

¿Que me pasa cuando escribo? no se, pero me gusta. Me siento bien, como ahora, a pesar de estar en un impasse de despedida, un sábado feo, soleado, calmado, sin compromisos, sin salidas, pero ante la irremediable salida de parte de mi vida, el adiós que tanto odio pero que llegó, invariablemente llegó.

Se que ultimamente me leen más. Me gusta, veo los ojos ajenos de algunos leyendome, aprendiendome, sacando más conclusiones de duda que afirmando el decir conocerme. Confirman lo que mi amigo Andrés Bianciotto (perdona si lo escribí mal amigo) en la web dijo: "escribe lo que quiere, cuando quiere y como quiere..." Si, el niño malcriado, vestido de hombre, maquillado de arquitecto y conformado por ideas, sigue siendo un niño.

Decidí crear a dos seres: Ella, bella, sensual, irreverente, malcriada, audaz, segura de si misma pero temerosa de la crítica, busca amor, busca cariño y se siente sola. El, también bello, también sensual, educado, atento, culto, solo y muy solo...

Ambos se conocen pero no se reconocen. Ambos viven vidas cercanas deseando alejarse. Ambos comparten sus vidas, sus pensamientos en un espacio imaginario, se quieren, pero se odian. Pero ambos aprenden de cada uno y comparten eso, sin darse cuenta que juntos conforman a un ser, el ser que los mira y que día a día aprende de sí mismo gracias a Ellos.

Esto lo llevaré a las páginas en blanco que llevan años esperandome, ya estan casi amarillas, no importa, lo que importa es que finalmente serán escritas. Me han dicho "catarsis" yo digo "mi verdadero quehacer".

En este mismo blog cite a muchos, pero algo que hoy me cae, meses después de haberlo leído es el manifiesto donde Hugh MacLeod, que está en mis archivos de 2005 bajo los títulos de "Vive tu vida, no dejes que la vida te viva" título que es mi frase y que como me cuesta trabajo ser congruente a ella... tengan cuidado cuando se impongan un motto de vida. Cumplirlo está cañón...

MacLeod escribe este Manifiesto posterior a haber conocido la historia de un hombre que vendía seguros de vida, que todos los días a las 5 de la tarde se sentaba en una mesa del mismo café, de la misma ciudad, del mismo país y tomaba las tarjetas de negocios que durante el día había recolectado. En la parte de atrás dibujaba una caricatura, caricatura o escrito que definía lo que para él, era la persona de la tarjeta. Bien podía ser un dibujo caricaturizado de la persona en algúna actitud que el no olvidaría y que definía para él a dicha persona; o solo se limitaba a escribir alguna frase que llevase el mismo objetivo. Nunca olvidaba quién y como era cada uno de sus clientes.

Un día a las 5 de la tarde, un publicista estaba sentado a lado de nuestro personaje. Miró lo que hacía y se acercó, amablemente pidió sentarse y le pregunto que hacía. El explicó el proceso de diario y el publicista quedó maravaillado al ver la obra de años que guardaba en una carpeta de contactos y tuvo una idea...

Propuso y lo hicieron publicar las mismas. Tuvo éxito, la gente compraba el compendio buscandose, o reconociendo a quienes estaban. Incluso le daban cita al vendedor con tal de que pudieran aparecer. Sus ventas aumentaron, el publicista vendió bien la publicación y las personas estaban felices de sentirse alguien, al estar ahí.

Dice MacLeod que entonces buscó y conoció al vendedor. Y le preguntó que si ya se dedicaba de lleno a hacer caricaturas y escritos en tarjetas.

El le dijo que no, que seguía con su vida exactamente igual, atendiendo sus citas y sentándose en la misma mesa, de la misma ciudad, del mismo país a las 5 de la tarde. Dijo: "Mi vida ha cambiado efectivamente, soy reconocido ahora y me reciben personas que antes núnca me habrían permitido siquiera conocer sus salas de espera. Estoy contento de tener una cuenta de dinero que me permitirá retirarme tranquilamente, algo que me preocupaba hace algunos meses. Le he regalado algo de eso a mis hijos para ayudarles en sus carreras y cada mañana me emociona ver mi agenda con tantas citas que antes rogaba por que me las dieran. Pero de ninguna manera he renunciado, por que vender seguros es MI trabajo. Lo otro, lo que me ha hecho rico es MI pasión y si me dedico a MI pasión abandonando MI trabajo, dejará de ser MI pasión."

MacLeod inventó un término para definir esto: Payroll Job - Sexy Job. Mi Sexy Job es lo que ahora hago, escribo y núnca dejaré de hacerlo, pero tampoco solo me dedicaré a ello. Mi Payroll Job ahí está y le dedico el tiempo suficiente para que crezca. Pero mi Sexy Job estaba abandonado. Ya era hora...

Hoy será el último día que estaré acompañado. No se por cuanto tiempo, no se que pasará. Hoy me encuentro solo conmigo mismo. Me acompañarán El y Ella y de lo que surga con ambos armaré mi escrito. También creo que es momento de estar conmigo... ¿Quién soy?

Un beso.

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